Este próximo 6 de marzo de 2019 empezaremos la Cuaresma.
Como todos los años os queremos invitar a aprovechar este tiempo no tanto como un tiempo de sacrificios y propósitos temporales, sino más bien como un tiempo de esfuerzo para incorporar nuevos hábitos que nos ayuden a poner nuestro corazón cada día más en el Señor.
Un buen cristiano e hijo de Dios no debe de entender la Cuaresma como un tiempo de sacrificio puntual, sino un momento de purificación especial en el que empieza a vivir con mayor fuerza y propósito, pero con la intención de proseguir. Así cada año seremos más santos y estaremos viviendo más y mejor el Cielo en la tierra.
Dios no necesita de nuestra aportación, somos nosotros quienes necesitamos "aportar" para ser más como él. Queremos seguir su camino y ése es un camino de cruz, cuya gloria está misteriosamente detrás del sufrimiento y la entrega por amor. Nuestra alegría está en el Señor y queremos vivir con él, y como él, cada momento, no cumplir con algo o durante un tiempo.
No nos quedemos con darle a Dios lo que la Iglesia nos propone como un mínimo. Porque quien estudia para aprobar, se arriesga a suspender, quien estudia para el 10, a veces no lo logrará. Dios quiere al estudiante que estudia todo lo posible por amor. Ese estudio da mucho fruto porque será el Señor quien complete siempre todo lo que falte. Es una matrícula de honor asegurada.
Así que aprovechemos este tiempo cuaresmal para iniciarnos al ayuno si no ayunamos, a mejorarlo si lo tenemos débil o a duplicarlo si es posible. Quien ayune un poco, que ayune más; quien ayune de forma irregular, que lo regularice; quien ayune un día, ayune también el viernes; quien ayune dos días, que ayune de lo que no es comida y que tanto nos sobra. Quien no pueda ayunar de comida que ayune de hablar, pues el silencio es nuestro segundo pan; quien ayune ya de palabras, que hable bien de aquello que más le cueste o aumente su oración.
Llevemos el bien donde hay maldad, silencio donde hay críticas, amor donde se están odiando. Pero mientras no nos duela, sigamos incrementando nuestra entrega a Dios en el ejemplo de su cruz. Como María, nuestra gran madre, al pie de la cruz e imitándole en la obediencia, el silencio, la entrega y la humildad. Así estaremos atentos y orantes, esperando el regreso de Nuestro Señor Jesús.
Seamos generosos ofreciendo nuestra vida y estemos unidos en el ayuno, en el rosario de los miércoles y en dar a conocer el poder de vivir para Cristo.
Que Dios os bendiga mucho y os conceda la alegría y la paz de vivir como él, identificándoos con su mismo Corazón, siempre abrazado por su Madre.
Que esta Cuaresma salgamos renovados a la Resurrección de la Pascua y seamos cada vez más hombres y mujeres pertenecientes al Espíritu de Dios, el mismo que nos trasformará al final de los tiempos y que ya pide paso para empezar esa transformación.
Paz y bien.
AyunoXti
PD. Os dejamos el enlace al mensaje del Papa Francisco para esta Pascua con un resumen muy sencillo de sus 15 puntos esenciales:
1. Saluda (siempre y en todo lugar).
2. Da las gracias (aunque no "debas" hacerlo).
3. Recuérdarle a los demás cuánto los amas.
4. Saluda con alegría a esas personas que ves a diario.
5. Escucha la historia del otro, sin prejuicios, con amor.
6. Detente para ayudar. Estate atento a quien te necesite.
7. Levántale los ánimos a alguien.
8. Celebra las cualidades o éxitos de otro.
9. Selecciona lo que no usas y regalarlo a quien lo
necesita.
10. Ayuda cuando se necesite para que otro descanse.
11. Corrige con amor, pero no callar por miedo.
12. Ten buenos detalles con los que están cerca de ti.
13. Limpia lo que usas en casa.
14. Ayuda a los demás a superar obstáculos.
15. Llama por teléfono a tus padres, si tienes la fortuna de
tenerlos.
Y además:
- Ayuna de palabras hirientes y transmite palabras bondadosas.
- Ayuna de descontentos y llénate de gratitud.
- Ayuna de enojos y llénate de mansedumbre y de paciencia.
- Ayuna de pesimismo y llénate de esperanza y optimismo.
- Ayuna de preocupaciones y llénate de confianza en Dios.
- Ayuna de quejarte y llénate de las cosas sencillas de la vida.
- Ayuna de presiones y llénate de oración.
- Ayuna de tristezas y amargura y llénate de alegría el corazón.
- Ayuna de egoísmo y llénate de compasión por los demás.
- Ayuna de falta de perdón y llénate de actitudes de reconciliación.
- Ayuna de palabras y llénate de silencio y de escuchar a los otros.
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