Queridos ayunadores y amigos de AyunoXti,
Este miércoles 14 de febrero
empezaremos el tiempo de preparación a la Pascua, el momento más sublime de la
liturgia y hacia donde todo apunta desde el principio. Es un tiempo de
purificación y de renovación en el que debemos tratar de concentrar nuestros
esfuerzos de forma especial, que no única, en acercarnos más a Dios. La
alegría, el gozo, el júbilo, los placeres y bellezas de la vida son un modo,
pero nunca serán tan sublimes como el sufrimiento y el sacrificio cuando son
vividos por amor. Porque amar en lo fácil y agradable es menos exigente y
muestra menos firmeza y profundidad que un amor que se manifiesta en el dolor.
Es por este motivo que el ayuno,
la cruz, el dolor, la limosna y en general todo acto penitencial, adquieren un
valor único que por su fuerza, sana, libera, restaura y convierte. El amor que
brota incluso en el dolor es una fuente de gracia cuyo alcance nunca
entenderemos, pero que Cristo mostró como el camino más contundente para nuestra
salvación, pues lo eligió por nosotros.
Este miércoles empieza un camino cuyo
valor debemos de rescatar con urgencia. A mayores males mayores entregas. Tanto
mal que nos rodea y nos amenaza de tantas formas necesita de corazones capaces
entregarse más allá de los mínimos que propone la Iglesia y que en muchas
ocasiones son simplificados y reducidos por cada cual.
Este miércoles no es un día para
festejar San Valentín ni un día para disfrutar de cenas románticas y regalos,
sino para mostrarle a Dios que realmente él es el centro de nuestra vida,
siendo la primera opción cuando se interpone otra razón. Para el cristiano, cada día es un día para festejar el amor.
Os invitamos a ser generosos en
este tiempo, para ensanchar el corazón con renuncias y entregas. La Iglesia católica sólo pide dos días de ayuno al año (miércoles de cenizas y el viernes santo) en los que sólo "exige" a los mayores de edad que renuncien a una comida del día y a todos los mayores de 16 la abstinencia a la carne. Nosotros, desde AyunoXti, no nos conformaremos dando a Dios las sobras de nuestros esfuerzo y los mínimos que apenas rozan el cumplimiento canónico, sino que seguiremos con
los ayunos a pan y agua los miércoles y, además, os invitamos a quienes podáis a doblar los esfuerzos, por ejemplo a
introducir también el viernes o, para quienes no ayunen todo el miércoles, a
ayunar, ese día, una comida más a pan y agua. Del mismo modo que en los tiempos de Pascua reducimos el ayuno
para unirnos al júbilo de la Iglesia, ahora es momento de hincar la rodilla al
suelo y hacer una penitencia que interceda por tantas necesidades que tiene la
humanidad.
Este tiempo de ayuno, limosna y
penitencia puede verse concretado con el ayuno a pan y agua, el rosario y la
misa diaria, la confesión frecuente y con mortificaciones personales como
renunciar a la crítica, al lenguaje sucio o vulgar, pero también a la ironía y
a la murmuración. Sin embargo, apostar por una forma de ayuno, no implica tener
que dejar otras. El propósito de la Cuaresma es el mayor esfuerzo posible de uno
mismo, no el mínimo. Pensemos que es amor a Dios que retorna en gracia y
bendiciones.
Al que le cueste, que pida la
gracia a Dios de ver con humildad lo que realmente somos. Ese es el sentido de
la ceniza, recordarnos la fugacidad de nuestra realidad, la inestabilidad de nuestra seguridad, la pobreza de nuestros
deseos materiales de bienestar y el verdadero destino que tenemos, que es
descansar en el Padre una eternidad. Ese deseo nos pone el corazón de rodillas
y nos impulsa a ir en contra de la constante búsqueda de placer por amor a Dios
y también por nuestros hermanos.
Por terminar, este tiempo de
Cuaresma lo dedicaremos enteramente por la salvación del mundo. Redoblaremos
nuestros esfuerzos espirituales y físicos para que el mundo abandone el camino
del ateísmo, del sentimentalismo, del relativismo y del placer sin medida y como fin último, así como todo lo
que esté lejos de Dios o que nos aparte de Él. Pedimos una política justa, una
sociedad de paz, unos poderes sin dictaduras. Entregaremos todas nuestras
intenciones, y las que nos lleguen, para que sean escuchadas por Dios y las
dejaremos en mano de nuestra Madre la Santísima Virgen María, quien conoce
perfectamente lo que más necesitamos. Así, imitando un poco a los apóstoles dejaremos un poco de lado el correo y las redes para centrarnos más en el ayuno, la oración personal, el rosario que rezaremos todos los días que podamos, especialmente el de los miércoles.
Estamos a vuestra disposición
para ver cómo profundizar en la penitencia y hacerlo por amor, así como para resolver
vuestras dudas y seguiremos recibiendo peticiones para que el Señor la vaya
escuchando.
Un abrazo en Jesús y María,
AyunoXti
www.ayunoporti.es
sacerdotefjpm@ayunoporti.es www.ayunoporti.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario