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26 febrero, 2025

Cuaresma 2025: tiempo de conversión, reparación y entrega

Mañana empezamos la Cuaresma 2025 empezando, como de costumbre, con el Miércoles de ceniza, que, junto con el Viernes Santo, es uno de los dos días más penitenciales del año y en el que la Iglesia obliga a hacer una sola comida fuerte en el día, pudiendo tomar algo ligero por la mañana y la noche. Aunque aplica a los fieles de 18 a 59 años, todos debemos adoptar un espíritu de oración, ayuno y penitencia. Si no es de comida, con tantas cosas que tenemos hoy en día, podemos ayunar de más cosas (críticas, redes, caprichos, ocio, etc.). Los viernes no son de obligado ayuno, pero sí tienen un carácter penitencial importante y están marcados por la obligación a la abstinencia (no comer ni carne ni derivados cárnicos) ya a partir de los 14 años, siendo insustituible como el resto del año por otros sacrificios (salvo necesidades médicas).

Desde AyunoXti os invitamos a aprovechar esta Cuaresma para proponeros un camino de ayuno a pan y agua los miércoles y el rezo diario del rosario por amor a Dios, a María y a la Iglesia por la que Cristo dio la vida y por la que nos llega la gracia y la salvación.

Los tiempos que vivimos son cada vez más oscuros, y el Señor necesita almas generosas que se ofrezcan a Él con amor. La Cuaresma no es solo un tiempo de renuncia, sino una oportunidad de transformación. No basta con cumplir el mínimo: el Señor nos llama a una conversión profunda y decidida.

El ayuno a pan y agua fortalece el espíritu, la confesión nos purifica, la Misa frecuente nos une más a Cristo y el Rosario diario nos cubre con el manto de María. Es tiempo de responder con generosidad y entrega.

No nos conformemos con lo justo. Si ayunas poco, ayuna más; si oras poco, ora más. Ofrezcamos sacrificios no solo por nosotros, sino por el mundo que se aleja de Dios. Nuestra entrega es semilla de conversión.

Como María al pie de la Cruz, seamos almas de reparación, ofreciendo nuestras penas, trabajos y sacrificios al Sagrado Corazón de Jesús, que sigue siendo despreciado por el pecado del mundo. La Cuaresma es un tiempo para reparar su Corazón herido con nuestra oración, ayuno y amor fiel.

¡Ánimo! Dios busca voluntarios dispuestos a luchar en su ejército. Que esta Cuaresma nos haga más fuertes, más santos y más firmes en la fe. Unidos en el ayuno y la oración, preparemos nuestros corazones para la Pascua.

Paz y bien



21 febrero, 2023

Cuaresma 2023

Mañana es miércoles de cenizas y empieza uno de los momentos más importantes de preparación para la Iglesia. En unas semanas volveremos a sumergirnos en el dolor de la pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo y en su Resurrección gloriosa. Para llegar preparados, la Iglesia nos invita en estas próximas semanas a un tiempo cuaresmal en el que debemos tratar de esforzarnos más de lo ordinario en hacer sacrificios agradables a Dios, sobre todo rezar más y con más autenticidad, poniendo más corazón en lo que hacemos, aumentando los actos de caridad y, sobre todo, de mortificación. Porque el que no muere a sí mismo, no da fruto (Jn 12, 24-26). Seamos pues generosos en las obras que marcarán este tiempo cuaresmal, con oración, ayunos y limosnas. Actos de amor secretos que sólo Dios conozca, pero sobre todo que no sean una formalidad o un cumplir, sino expresión de un deseo de crecer en el amor a Dios, para que él venga a nuestra vida, la renueve y la transforme con su presencia.

Mañana, miércoles de cenizas, será un día en el que cualquiera podrá dejarse marcar por esta intención de mejorar en el amor a Dios y al prójimo. El significado de las cenizas es él de recordarnos que somos pecadores y que al ofender a Dios, necesitamos de su perdón, que es un amor y una gracia totalmente inmerecida que Él nos acerca gratuitamente, pero que no ha sido gratis, pues la pagó con su sangre divina. También nos permite manifestar ante los demás nuestro arrepentimiento, pedir a la Iglesia que interceda por nosotros y por nuestra conversión. Nos ayuda a comprometernos públicamente al cambio, frente a los demás y frente a nosotros mismos, y debe de ser un signo de nuestra disposición a recibir el perdón de Dios.

Es un día de ayuno y abstinencia y que, al igual que el Viernes Santo, a partir de los 14 años (y hasta los 59 años) el cristiano debe abstenerse de comer carne (eso incluye también jugos en los que se haya cocido la carne) y practicar ayuno (una sola comida fuerte al día y las otras dos muy frugales). Es importante recordar que la Iglesia nos invita a que todos los viernes del año sean días especialmente dedicados a la oración, la penitencia y la meditación. Y que, si bien las Conferencias Episcopales de cada país pueden determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad, en tiempo de Cuaresma no se puede dispensar de la abstinencia ni del ayuno el miércoles de ceniza y el Viernes Santo, ni de la abstinencia de los viernes de Cuaresma (Cfr. CDC 1249-1253).

Sin embargo, aunque la Iglesia dictamine este ayuno para la Cuaresma, desde AyunoXti vivimos ayunos semanales incluso más estrictos, siguiendo el insistente mensaje de la Virgen desde hace más de 200 años de practicar más ayuno y penitencia. Por este motivo os invitamos a intensificar nuestro ofrecimiento cada uno en la medida que pueda y considere oportuno, consultándolo con el director espiritual si es preciso. Que se vea en el cielo, que amamos a Dios y a María y que suplicamos con fuerza su intervención divina para nuestra conversión y la de todos los que viven lejos del amor de Dios, así como reparar el mal que genera un mundo cada vez más enfrentado a Dios.

Así que, al margen del ayuno a pan y agua de los miércoles, tratemos de añadir alguno más, como una renuncia a algún alimento, a algo innecesario (café, cigarrillos, caramelos, chocolate, donuts, el azúcar o la sal, etc.) o que no es propiamente bueno (uso de redes sociales, tiempo en lecturas superficiales, criticas a los demás, exceso de ocio, etc.).

Finalmente, recordar que uno de los motivos por los que se empieza la cuaresma un miércoles es porque, para cumplir con los 40 días de Cuaresma, es preciso sustituir los 4 días de los 4 domingos, a los que no se les puede aplicar la mortificación de la Cuaresma por ser días del Señor dedicados a la gloria y la alegría, por lo que, en lugar de empezar un domingo, se empieza un miércoles, añadiendo los 4 días del miércoles de cenizas hasta el sábado.

Que en esta Cuaresma 2023 seamos generosos y estemos motivados a crecer espiritualmente partiendo de la muerte a nosotros mismos con sacrificios destinados a atraer la gracia de Dios en nosotros y darnos vida espiritual.



27 febrero, 2022

Cuaresma 2022. Un camino de cruz junto a María

Estimados ayunadores,

Llega el tiempo de Cuaresma de este 2022, un año lleno de dolor, sufrimiento, preocupaciones, guerras preocupantes que se suman a la tensión dejada por la pandemia. Parece que todo empeora y sabemos que esto se debe a que el hombre sigue sin aceptar a Dios como Padre, sigue haciendo las cosas a su manera, sigue alrededor de su propio egoísmo. Sin embargo, tenemos que recordar que son unos pocos los que imponen el mal y que somos muchos que podemos oponernos a ese mal haciendo el bien. Éste es el sentido de la cruz cristiana y también de la corredención. Participamos con nuestros sufrimientos, impuestos y voluntarios, para llevar adelante la deuda de todo el mundo. El ayuno y el santo rosario son las herramientas más potentes para acompañar una vida sacramental y enamorada de Dios que imploran a Dios intervenir con misericordia y gracia.

Desde AyunoXti os invitamos a seguir con el ayuno de los miércoles y, como en cada Cuaresma, a proponeros algún sacrificio más que pueda ayudarnos en nuestro camino de conversión y ascesis, pero también que incremente nuestro amor al Padre en el camino del ofrecimiento voluntario.

Ayuno
Os invitamos a reuniros en pequeños grupos para rezar el rosario, ser ese pequeño ejército de María del que ya profetizó san María Grignion de Montfort, ese resto fiel que se une a María en su trabajo de preparar a la humanidad para la venida de su Hijo Jesús. Desde Fátima a Medjugorje, desde la Salette a Akita, nuestra madre sigue avisándonos de que tenemos que centrarnos en la oración, el ayuno y la penitencia.

Si Dios decidió que María fuera asunta al cielo no fue simplemente por una cuestión de referencia o delicadeza hacia la madre escogida y preparada desde la eternidad para dar a luz a su Hijo, cuidarle, educarle y acompañarle, sino también porque Dios tenía un propósito especial para ella. María no fue simplemente a contemplar la gloria de Dios con honores, si no para trabajar en la corredención y la intercesión a pleno rendimiento. Y si ella nos propone este camino y se hace presente en la tierra para recordarnos lo importante del mensaje de su Hijo, es porque es importante y merece la pena seguir ese camino. María no viene por su cuenta, sino que es enviada por el Padre, así que trae, en realidad, la voluntad del Padre.

Que el ayuno de esta Cuaresma y los esfuerzos que nos propongamos vivir sean proporcionales al amor que le tenemos al Señor y a nuestra madre; que reflejen la fe que tenemos al pedir por la paz en el mundo y su conversión, que es lo más importante ahora mismo.

Vivamos esta Cuaresma con sencillez y humildad, con el rosario en mano, rezándolo en familia y con confianza. Hagamos ayunos y penitencia, recemos sin criticar y rezando especialmente por los sacerdotes. Vayamos con más frecuencia a los sacramentos, especialmente la confesión y la Eucaristía, leamos la palabra de Dios con frecuencia y meditémosla, visitando al Santísimo Sacramento del altar y poniendo a Dios en el primer puesto de cada día y de cada acción, siendo testigos de su amor silencioso, pero potente.

Gracias por pertenecer a esta comunidad de ayunadores que trata de poner su granito de arena para la conversión del mundo y que trata de caminar juntos y de la mano de María hacia el corazón de Jesús.


Por terminar, pediros que nos ayudéis a que la invitación al rosario que promovemos por Facebook y por WhatsApp llegue a muchas personas. Nuestra única intención es que sean más los que se acerquen al rezo del Santo Rosario, por lo menos una vez a la semana, y dar a conocer AyunoXti para que se puedan solicitar peticiones. Pero necesitamos que compartáis con algunos amigos estas propuestas, de lo contrario todo el esfuerzo quedará entre los que ya conocéis AyunoXti.

Os deseamos una santa Cuaresma y que el Señor os bendiga y habite en todos nosotros.

AyunoXti

2022

27 febrero, 2020

Cuaresma, camino privilegiado de ascesis cristiana


Con el reciente miércoles de cenizas de este año 2020 hemos empezado una nueva Cuaresma, y casi todos sabemos, o deberíamos saber, que es un tiempo de 40 días en los que nos preparamos para vivir bien la Semana Santa y contemplar con el mayor agradecimiento la Pasión de Jesucristo. Es un camino de preparación en el que los viernes estamos llamados a la abstinencia de la carne y a vivir un día de recogimiento y oración. Propiamente la Iglesia nos propone un ayuno el miércoles de cenizas y otro en el viernes Santo. El gran riesgo es pensar que cumplir con el ayuno del miércoles de cenizas y el viernes santo, así como la abstinencia de los viernes, es suficiente o que incluso sea para nota. Técnicamente es cierto, pero la Iglesia no reduce a esa práctica penitencial, sino que parte de ella como un mínimo.

El ayuno es indispensable para la ascesis personal que es ese esfuerzo humano que ponemos para responder a la gracia de Dios y es el medio por el cual el hombre purifica su vida para que en ella se desarrolle en plenitud la vida divina. Este esfuerzo es dirigido por el Espíritu Santo, quien pretende orientarnos a Dios eliminando todo lo que estorba para esa santidad que ya está contenida en el cristiano desde su bautismo.

Por la ascesis fortalecemos nuestro caminar con Jesús y con su mismo espíritu, algo que se concreta de forma esencial en la penitencia. Como dice el Catecismo: "Tomar la cruz cada día y seguir a Jesús es el camino más seguro de la penitencia" (n. 1435).

San Juan Pablo II, en Reconciliación y Penitencia, describe la penitencia como aquello que ayuda a que el Evangelio pase de la mente al corazón y del corazón a la vida, es decir, la penitencia permite vivir realmente el Evangelio y a despojarse del hombre viejo, para revestirse del nuevo (Ef 4, 23).

El ayuno y la penitencia actúan como una fuerza reguladora sobre nuestras pasiones y deseos, los cuales, dejados en libertad, pueden llegar a destruirnos por completo. Tanto el ayuno como la penitencia suponen una renuncia, por lo que será imposible sin la ayuda de la cruz y del Espíritu Santo. No se trata de un estoicismo que destruye o maltrata el cuerpo, sino de una herramienta espiritual que regula y reordena nuestra interioridad, volviendo nuestra mirada a la misericordia de Dios, quien nos ama a pesar de nuestras miserias. Porque lo que somos, lo somos por su amor.

El ayuno nos devuelve la autoridad sobre nuestros deseos, enseñándonos a renunciar lo que es muy atractivo, virtud necesaria para resistir a las presiones consumistas del este mundo. Nos enseña a obrar por la voluntad desde el amor a Dios y no desde la vida fácil de los apetitos.

El ayuno, desde la vida espiritual, nos ayuda en dos áreas de nuestra vida. Por un lado, es la forma como la voluntad se entrena con la renuncia a cosas buenas, para en su momento poder rechazar las malas. Por otro lado, ejerce una acción misteriosa, que permite al alma abrirse de una manera particular a la gracia y a la presencia de Dios.

El ayuno a pan y agua, acompañado de una oración constante durante el día de ayuno, nos abre de una manera misteriosa a la presencia de Dios, como si el hambre corporal se fuera convirtiendo en hambre de Dios.

Pero atención: sin oración el ayuno corre el riesgo de convertirse en una dieta estéril para nuestra vida espiritual. Por eso es de especial importancia bendecir el día por la mañana, procurar comulgar y rezar el rosario durante el día, dar gracias en las comidas acordándonos de las intenciones por las que ayunamos, pararse con el ángelus de un modo especial, tratar de recordar una jaculatoria o una frase leída en el Evangelio, acordarnos de la hora de la misericordia (las 15:00h) y pararnos, aunque sea por un minuto, en la contemplación del momento de la Cruz de nuestro Señor, bendecir a los hijos antes de acostarnos, leerles el Evangelio y rezar con ellos. La oración es el carburante del ayuno y lo que permite que el ayuno despierte en nosotros esa alegría y esa paz que se sobrepone al malestar causado por el sacrificio, el hambre, la renuncia, etc.

A veces un pequeño esfuerzo de nuestra parte corresponde a una gracia inmensa de Dios, y viceversa, un gran esfuerzo humano puede concluir en pocos resultados espirituales. Dios sabe cómo, y en qué momento darnos las gracias. De lo que sí podemos estar seguros, es que al iniciarnos en el ayuno nos abriremos a la santidad y nuestra vida cambiará RADICALMENTE, mientras que al mantenernos en los límites de la comodidad o del cumplimiento mínimo, estancamos nuestra ascesis e incluso podemos promover un decaimiento espiritual. Por eso la Virgen María pide en todas sus apariciones y mensajes una vida (no unos días) de ofrecimiento, con sacrificios por amor, con ayuno y el rezo diario del rosario.

El ayuno es el camino a la perfección cristiana. Que esta Cuaresma sea una ocasión de iniciarnos al ayuno que eleva el alma y busca la perfección en el amor por la gratitud que experimentamos al sabernos amados por un Dios que todo nos lo ha dado, y nos los sigue dando, sin pedir nada a cambio. Seguimos en un tiempo de misericordia, aprovechémoslo.

Paz y bien.

AyunoXti


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30 diciembre, 2019

Mensaje Navidad 2019

Queridos ayunadores,

   Con esta breve circular, aunque algo en retardo, sólo queremos desearos a todos una santa y feliz Navidad, además de un feliz y santo 2020.

En la octava de Navidad, al igual que en la octava de Pascua, no realizamos el ayuno ya que es tiempo de alegría y gozo. Estas octavas son una prolongación de un día tan importante que la Iglesia lo celebra como si fueran 7 domingos seguidos.

Pero les invitamos a que Jesús sea el centro de estas fiestas, cuidando mucho a que el mundo no entre con sus excesos, con esos móviles que están al centro de nuestra atención más de lo que deberían o incluso con ese afán de que todo (comidas, viajes, petardos, invitados, amigos, etc.) sea perfecto.

Tratemos de iniciar siempre las cenas y comidas con una sincera y pensada oración, para que el Señor se complazca de ser el invitado de honor y no uno más de la mesa. Pidámosle sinceramente que bendiga nuestros hogares, nuestras familias y pongámonos a sus pies con algún rosario en familia.

Recordemos a aquellos que ya no están, aquellos que sufren en estos días o que simplemente están solos. Y tratemos de asegurar que nuestros sacerdotes no pasen solos estos momentos y fiestas, que siempre se sientan arropados por nuestro calor y agradecimiento.

Vienen tiempos cada vez más difíciles para España y para muchos lugares del mundo. Al demonio le queda cada vez menos tiempo y da sus coletazos que Dios usa para nuestra purificación. Que cada día estemos atentos de agradar al Señor, realizando actos de amor en todo lo que hacemos, sean cosas grandes o sencillas. Porque lo que hace importante algo, es el amor que se le pone, pues es lo único que importa y lo único que permanece.

No es lo que nos gusta, nos apetece o lo que entendamos lo que importa ante Dios, sino la consciente obediencia humilde y sincera, el abandonarnos a la Santísima Voluntad del Padre.

Y nadie alcanza esa entrega sin la oración que nos permite acercarnos al misterio de lo divino en lo humano. Una oración de amor que cuesta cada día y que nos duele poner en marcha. Por eso el ayuno es tan bueno, porque nos recuerda la poca cosa que somos, nuestra debilidad ante un sencillo café, un poco de aceite o un trozo de queso. En el ayuno probamos nuestra real disponibilidad a ir en contra de lo que nos apetece, lo que nos "llama" e incluso de lo que necesitamos, para hacerle un hueco a ese Dios que quiere nacer en nosotros para transformarnos en el silencio de su nacimiento en nuestro interior. Porque es Él quien nos da la fuerza de mirar con amor, de esperar con paciencia, de agradecer con discreción, de disculparnos con prontitud y sinceridad. 

Que estas Navidades el Señor pueda nacer en nosotros, para que seamos testigos luminosos de las maravillas que Él puede hacer en quienes le aceptan en silencio y humildad, pero dejándole a Él ser el protagonista de cada momento.

Que tengáis todos un año nuevo lleno de la ilusión de cambiar cada día a mejor, por amor a Él, quien tocó la tierra para que nosotros pudiéramos tocar el cielo.

Dios os bendiga,

AyunoXti










04 marzo, 2019

Mensaje Cuaresma 2019 - AyunoXti

Este próximo 6 de marzo de 2019 empezaremos la Cuaresma.

Como todos los años os queremos invitar a aprovechar este tiempo no tanto como un tiempo de sacrificios y propósitos temporales, sino más bien como un tiempo de esfuerzo para incorporar nuevos hábitos que nos ayuden a poner nuestro corazón cada día más en el Señor.

Un buen cristiano e hijo de Dios no debe de entender la Cuaresma como un tiempo de sacrificio puntual, sino un momento de purificación especial en el que empieza a vivir con mayor fuerza y propósito, pero con la intención de proseguir. Así cada año seremos más santos y estaremos viviendo más y mejor el Cielo en la tierra.

Dios no necesita de nuestra aportación, somos nosotros quienes necesitamos "aportar" para ser más como él. Queremos seguir su camino y ése es un camino de cruz, cuya gloria está misteriosamente detrás del sufrimiento y la entrega por amor. Nuestra alegría está en el Señor y queremos vivir con él, y como él, cada momento, no cumplir con algo o durante un tiempo.

No nos quedemos con darle a Dios lo que la Iglesia nos propone como un mínimo. Porque quien estudia para aprobar, se arriesga a suspender, quien estudia para el 10, a veces no lo logrará. Dios quiere al estudiante que estudia todo lo posible por amor. Ese estudio da mucho fruto porque será el Señor quien complete siempre todo lo que falte. Es una matrícula de honor asegurada.

Así que aprovechemos este tiempo cuaresmal para iniciarnos al ayuno si no ayunamos, a mejorarlo si lo tenemos débil o a duplicarlo si es posible. Quien ayune un poco, que ayune más; quien ayune de forma irregular, que lo regularice; quien ayune un día, ayune también el viernes; quien ayune dos días, que ayune de lo que no es comida y que tanto nos sobra. Quien no pueda ayunar de comida que ayune de hablar, pues el silencio es nuestro segundo pan; quien ayune ya de palabras, que hable bien de aquello que más le cueste o aumente su oración.

Llevemos el bien donde hay maldad, silencio donde hay críticas, amor donde se están odiando. Pero mientras no nos duela, sigamos incrementando nuestra entrega a Dios en el ejemplo de su cruz. Como María, nuestra gran madre, al pie de la cruz e imitándole en la obediencia, el silencio, la entrega y la humildad. Así estaremos atentos y orantes, esperando el regreso de Nuestro Señor Jesús.

Seamos generosos ofreciendo nuestra vida y estemos unidos en el ayuno, en el rosario de los miércoles y en dar a conocer el poder de vivir para Cristo.

Que Dios os bendiga mucho y os conceda la alegría y la paz de vivir como él, identificándoos con su mismo Corazón, siempre abrazado por su Madre.

Que esta Cuaresma salgamos renovados a la Resurrección de la Pascua y seamos cada vez más hombres y mujeres pertenecientes al Espíritu de Dios, el mismo que nos trasformará al final de los tiempos y que ya pide paso para empezar esa transformación.

Paz y bien.

AyunoXti

PD. Os dejamos el enlace al mensaje del Papa Francisco para esta Pascua con un resumen muy sencillo de sus 15 puntos esenciales:


1. Saluda (siempre y en todo lugar).
2. Da las gracias (aunque no "debas" hacerlo).
3. Recuérdarle a los demás cuánto los amas.
4. Saluda con alegría a esas personas que ves a diario.
5. Escucha la historia del otro, sin prejuicios, con amor.
6. Detente para ayudar. Estate atento a quien te necesite.
7. Levántale los ánimos a alguien.
8. Celebra las cualidades o éxitos de otro.
9. Selecciona lo que no usas y regalarlo a quien lo necesita.
10. Ayuda cuando se necesite para que otro descanse.
11. Corrige con amor, pero no callar por miedo.
12. Ten buenos detalles con los que están cerca de ti.
13. Limpia lo que usas en casa.
14. Ayuda a los demás a superar obstáculos.
15. Llama por teléfono a tus padres, si tienes la fortuna de tenerlos.

Y además:
  • Ayuna de palabras hirientes y transmite palabras bondadosas.
  • Ayuna de descontentos y llénate de gratitud.
  • Ayuna de enojos y llénate de mansedumbre y de paciencia.
  • Ayuna de pesimismo y llénate de esperanza y optimismo.
  • Ayuna de preocupaciones y llénate de confianza en Dios.
  • Ayuna de quejarte y llénate de las cosas sencillas de la vida.
  • Ayuna de presiones y llénate de oración.
  • Ayuna de tristezas y amargura y llénate de alegría el corazón.
  • Ayuna de egoísmo y llénate de compasión por los demás.
  • Ayuna de falta de perdón y llénate de actitudes de reconciliación.
  • Ayuna de palabras y llénate de silencio y de escuchar a los otros.



20 marzo, 2018

Recata final con San Pedro Crisólogo


Queridos hermanos de AyunoXti,

        Estamos en la recta final que nos introducirá en la Semana Santa, el momento culminante de nuestra fe. En la cruz que contemplaremos sangrante, pero también victoriosa, encontraremos el motivo de nuestra oración, el gozo de nuestra espera, la esencia de nuestra unión. Desde la cruz brota un manantial de salvación inmerecida. Muchos la rechazan y no caen en la cuenta del despropósito de rechazar algo no sólo tan valioso, sino que no habríamos podido jamás atrevernos siquiera a pedir. Es Dios quien sale a nuestro encuentro de esta forma y es por amor a nosotros. Un amor que sólo debería recibir un eterno agradecimiento y no los ultrajes y rechazos que recibe cada día. Este camino que Dios ha marcado es un camino que nos pide seguir con alegría en la Victoria ya acontecida, pero también con responsabilidad y esfuerzo.

Para esto, en esta recta final, os invitamos a reflexionar en los tres elementos centrales de nuestro amor a Dios, para tratar siempre de tenerlos muy bien purificados y unidos. Os dejamos las hermosísimas palabras de San Pedro Crisólogo en su sermón número 43:

Tres son, hermanos, los resortes que hacen que la fe se mantenga firme, la devoción sea constante, y la virtud permanente. Estos tres resortes son: la oración, el ayuno y la misericordia. Porque la oración llama, el ayuno intercede, y la misericordia recibe. Oración, misericordia y ayuno constituyen una sola y única cosa, y se vitalizan recíprocamente.
El ayuno, en efecto es el alma de la oración, y la misericordia es la vida del ayuno. Que nadie trate de dividirlas, pues no pueden separarse. Quien posee uno solo de los tres, si al mismo tiempo no posee los otros, no posee ninguno. Por tanto, quien ora, que ayune; quien ayuna, que se compadezca: que preste oídos a quien le suplica aquel que, al suplicar, desea que se le oiga, pues Dios presta oído, a quien no cierra los suyos al que le suplica.
Que el que ayuna, entienda bien lo que es el ayuno; que preste atención al hambriento quien quiere que Dios preste atención a su hambre; que se compadezca quien espera misericordia; que tenga piedad quien la busca; que responda, quien desea que le responda a él. Es un indigno suplicante quien pide para sí lo que niega a otro.
Díctate a ti mismo la norma de la misericordia de acuerdo con la manera, la cantidad y la rapidez con que quieres que tengan misericordia contigo. Compadécete tan pronto como quisieras que los otros se compadezcan de ti.
En consecuencia, la oración, la misericordia, y el ayuno, deben ser como un único intercesor en favor nuestro ante Dios, una única llamada, una única y triple petición.
Recobremos, pues, con ayunos lo que perdimos por el desprecio: inmolemos nuestras almas con ayunos, porque no hay nada mejor que podamos ofrecer a Dios, de acuerdo con lo que el profeta dice: “Mi sacrificio es un espíritu quebrantado, un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias”. Hombre, ofrece a Dios tu alma, y ofrece la oblación del ayuno, para que sea una hostia pura, un sacrificio santo, una víctima viviente, provechosa para ti y acepta a Dios. Quien no dé esto a Dios, no tendrá excusa, porque no hay nadie que no se posea a sí mismo para darse.
Pero para que estas ofrendas sean aceptadas, tiene que venir después la misericordia; el ayuno no germina si la misericordia no le riega, el ayuno se torna infructuoso si la misericordia no lo fecundiza; lo que es la lluvia para la tierra, eso mismo es la misericordia para el ayuno. Por más que perfeccione su corazón, purifique su carne, desarraigue los vicios, y siembre las virtudes, como no produzca caudales de misericordia, el que ayuna no cosechará fruto alguno.
Tú que ayunas, piensa que tu campo queda en ayunas si ayuna tu misericordia; lo que siembras en misericordia, eso mismo rebosará en tu granero. Para que no pierdas a fuerza de guardar, recoge a fuerza de repartir; al dar al pobre te haces limosna a ti mismo: porque lo que dejes de dar a otro, no lo tendrás tampoco para ti.
Así que, amemos con nuestra oración, con nuestro esfuerzo máximo en la caridad y siempre de la mano de nuestro ayuno y de nuestro rosario, buscando alcanzar cada día un esfuerzo mayor, para que el Reino de Dios esté en nosotros de forma cada vez más santa y permanente.

Que Dios nos bendiga y la Virgen nos cuide, escuchando nuestras necesidades y peticiones, pero sobre todo acrecentando en todos nosotros el deseo ferviente del amor de Dios y el vivir según el Espíritu Santo y divino que nos manda.

Paz y bien



12 febrero, 2018

Queridos ayunadores y amigos de AyunoXti,

Este miércoles 14 de febrero empezaremos el tiempo de preparación a la Pascua, el momento más sublime de la liturgia y hacia donde todo apunta desde el principio. Es un tiempo de purificación y de renovación en el que debemos tratar de concentrar nuestros esfuerzos de forma especial, que no única, en acercarnos más a Dios. La alegría, el gozo, el júbilo, los placeres y bellezas de la vida son un modo, pero nunca serán tan sublimes como el sufrimiento y el sacrificio cuando son vividos por amor. Porque amar en lo fácil y agradable es menos exigente y muestra menos firmeza y profundidad que un amor que se manifiesta en el dolor.

Es por este motivo que el ayuno, la cruz, el dolor, la limosna y en general todo acto penitencial, adquieren un valor único que por su fuerza, sana, libera, restaura y convierte. El amor que brota incluso en el dolor es una fuente de gracia cuyo alcance nunca entenderemos, pero que Cristo mostró como el camino más contundente para nuestra salvación, pues lo eligió por nosotros.

Este miércoles empieza un camino cuyo valor debemos de rescatar con urgencia. A mayores males mayores entregas. Tanto mal que nos rodea y nos amenaza de tantas formas necesita de corazones capaces entregarse más allá de los mínimos que propone la Iglesia y que en muchas ocasiones son simplificados y reducidos por cada cual.

Este miércoles no es un día para festejar San Valentín ni un día para disfrutar de cenas románticas y regalos, sino para mostrarle a Dios que realmente él es el centro de nuestra vida, siendo la primera opción cuando se interpone otra razón. Para el cristiano, cada día es un día para festejar el amor.

Os invitamos a ser generosos en este tiempo, para ensanchar el corazón con renuncias y entregas. La Iglesia católica sólo pide dos días de ayuno al año (miércoles de cenizas y el viernes santo) en los que sólo "exige" a los mayores de edad que renuncien a una comida del día y a todos los mayores de 16 la abstinencia a la carne. Nosotros, desde AyunoXti, no nos conformaremos dando a Dios las sobras de nuestros esfuerzo y los mínimos que apenas rozan el cumplimiento canónico, sino que seguiremos con los ayunos a pan y agua los miércoles y, además, os invitamos a quienes podáis a doblar los esfuerzos, por ejemplo a introducir también el viernes o, para quienes no ayunen todo el miércoles, a ayunar, ese día, una comida más a pan y agua. Del mismo modo que en los tiempos de Pascua reducimos el ayuno para unirnos al júbilo de la Iglesia, ahora es momento de hincar la rodilla al suelo y hacer una penitencia que interceda por tantas necesidades que tiene la humanidad.

Este tiempo de ayuno, limosna y penitencia puede verse concretado con el ayuno a pan y agua, el rosario y la misa diaria, la confesión frecuente y con mortificaciones personales como renunciar a la crítica, al lenguaje sucio o vulgar, pero también a la ironía y a la murmuración. Sin embargo, apostar por una forma de ayuno, no implica tener que dejar otras. El propósito de la Cuaresma es el mayor esfuerzo posible de uno mismo, no el mínimo. Pensemos que es amor a Dios que retorna en gracia y bendiciones.

Al que le cueste, que pida la gracia a Dios de ver con humildad lo que realmente somos. Ese es el sentido de la ceniza, recordarnos la fugacidad de nuestra realidad, la inestabilidad de nuestra seguridad, la pobreza de nuestros deseos materiales de bienestar y el verdadero destino que tenemos, que es descansar en el Padre una eternidad. Ese deseo nos pone el corazón de rodillas y nos impulsa a ir en contra de la constante búsqueda de placer por amor a Dios y también por nuestros hermanos.

Por terminar, este tiempo de Cuaresma lo dedicaremos enteramente por la salvación del mundo. Redoblaremos nuestros esfuerzos espirituales y físicos para que el mundo abandone el camino del ateísmo, del sentimentalismo, del relativismo y del placer sin medida y como fin último, así como todo lo que esté lejos de Dios o que nos aparte de Él. Pedimos una política justa, una sociedad de paz, unos poderes sin dictaduras. Entregaremos todas nuestras intenciones, y las que nos lleguen, para que sean escuchadas por Dios y las dejaremos en mano de nuestra Madre la Santísima Virgen María, quien conoce perfectamente lo que más necesitamos. Así, imitando un poco a los apóstoles dejaremos un poco de lado el correo y las redes para centrarnos más en el ayuno, la oración personal, el rosario que rezaremos todos los días que podamos, especialmente el de los miércoles. 

Estamos a vuestra disposición para ver cómo profundizar en la penitencia y hacerlo por amor, así como para resolver vuestras dudas y seguiremos recibiendo peticiones para que el Señor la vaya escuchando.

Un abrazo en Jesús y María,


sacerdotefjpm@ayunoporti.es 


14 abril, 2017

Meditación espiritual sobre el viernes Santo

Hoy empezamos propiamente la celebración de "la Pascua", de "el Paso" o tránsito de Jesús, a través de la muerte a la "Vida Nueva", a la Gloria.

No celebramos sólo la muerte. Celebramos el paso del Señor al Padre, que es al mismo tiempo muerte y resurrección, humillación y exaltación, aparente derrota y victoria definitiva.

Ambos aspectos los celebramos como una gran unidad: la memoria de la muerte está ya impregnada de esperanza y de victoria. La gran Vigilia de la noche de Pascua, al anochecer del Sábado Santo, "la Noche entre todas las noches" recordará no sólo la resurrección sino todo el dinamismo del paso de la muerte a la vida: "Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado", proclamará el prefacio de Pascua.

Y con Él, que nos abre el camino, también nuestro paso de este mundo al Padre. Jesús nos abre el camino, y como Buen Pastor nos toma sobre Él y nos arrastra hacia el Padre, arrancándonos del poder del pecado y de sus consecuencias en nosotros y elevándonos con Él al Padre.

Según una tradición muy antigua en la Iglesia, ni hoy ni mañana se celebra la Santa Eucaristía (aunque actualmente podemos recibir hoy la Sagrada Comunión). En su lugar, esta tarde, hacia la hora que murió el Señor, tiene lugar la celebración de La Pasión del Señor. Lo que domina la liturgia de hoy es "la Cruz", signo de sufrimiento y de humillación pero también de amor, de victoria definitiva y de salvación. Cristo Jesús, como Sumo Sacerdote y en nombre de toda la humanidad, se ha entregado voluntariamente a la muerte para salvar a todos.

Hoy y mañana están marcados por la "austeridad" y el "ayuno". Pero no ya como signo penitencial (la Cuaresma terminó el Jueves Santo), sino como participación en el Tránsito Pascual de Cristo. Ayunamos hoy, Viernes Santo, pero la Iglesia recomienda prolongar este ayuno hasta la comunión eucarística de la Vigilia Pascual. Este ayuno es signo de que la comunidad cristiana sigue la marcha de su Señor, lo acompaña tras Él, a través de la muerte. Es un ayuno "lleno de esperanza" que desembocará en el inmenso gozo pascual de la Resurrección. La práctica antigua del ayuno consiste normalmente en consumir una sola comida al día para dedicarse a la escucha de la Palabra de Dios y a la oración comunitaria

Un aspecto de este ayuno es la ausencia de celebraciones sacramentales en estos dos días. La comunidad ora, celebra la Pasión y la Cruz del Señor, se reúne para la alabanza de la Liturgia de las Horas,  para la meditación, como es el caso del Vía Crucis,  pero no celebra los sacramentos (excepto la confesión y la unción de enfermos si es necesario). La Iglesia "ayuna" obedeciendo a su Señor que nos dijo: "llegará un día en que se lleven al novio, entonces ayunarán". Esta austeridad se manifiesta también en el carácter sobrio de las celebraciones. No hay flores, ni incienso, ni música, el altar está despojado, el sagrario abierto y vacío.

Mañana en la Solemne Vigilia de Pascua, volverán las flores, las luces, las campanas, la música... y en proporción mayor a ninguna otra fiesta. ¡Y la fiesta durará 50 días!

El color litúrgico de este día es el rojo. Si lo es para los mártires, ¡cuánto más habrá de serlo para el Rey de los mártires

Desde la celebración de la muerte del Señor, por la tarde, ya no hay adoración de los fieles al Santísimo. El Señor no está, ha muerto.

Permaneceremos unidos en oración, junto a la Madre Dolorosa, a quien en este día hemos sido entregados, por su Hijo, a ella como hijos y ella a nosotros como Madre acogiendo conmovidos el don de nuestra Redención y esperando  la resurrección del Señor.

Unidos en adoración silenciosa y agradecida ante la Cruz: AC

Padre AC de AyunoXti
www.ayunoporti.es

27 febrero, 2017

Mensaje Cuaresma 2017 - AyunoXti

Este 1 de marzo de 2017 empezaremos el período de Cuaresma, un tiempo de purificación para llegar a vivir más santamente la Pascua, el momento  central del año cristiano y que entraña el mayor misterio del universo: la muerte y resurrección de Cristo, el Salvador del mundo.

Si bien en este tiempo Cuaresmal es tradicional el ayuno, la oración y la limosna, es fácil poder constatar que actualmente el ayuno es el más desvirtuado de todos. A partir del siglo V, en la Cuaresma, sólo se permitía una comida, hacia la tarde-noche. La carne estaba prohibida, incluso los domingos. Las carne y el pescado, y en muchos lugares los huevos y los productos lácteos, estaban absolutamente prohibidos[1]. Con el tiempo, además de haber sido reducido a dos días al año, el ayuno es reducido en muchas ocasiones a una mera renuncia de críticas, al menor uso de las redes sociales o del móvil, a la falta de reproches, a la expresión de tristezas y preocupaciones.

Desde AyunoXti, sin desmerecer ese tipo de ayuno, queremos plantear un enfoque muy distinto aportando unas consideraciones importantes.

Lo primero es que el ayuno, entendido como una importante privación de alimentos o de una alimentación a pan y agua, no debe de entenderse como una práctica sólo penitencial, sino sobre todo como un modo de orar con todo el cuerpo desde lo más necesario, que es el comer y el beber, y de estar en la presencia constante de Dios. El ayuno a pan y agua, por ejemplo, nos recuerda en todo momento una necesidad que permanece consciente a lo largo del día y que de forma continua nos devuelve la mirada al cielo recordándonos los motivos de esa elección y entrega.

Lo segundo es que el ayuno es un sacrificio no postergable. Las redes sociales, las compras, y otros muchos ayunos modernos que no se realicen a lo largo del día, o incluso a lo largo de la Cuaresma, pueden recuperarse por la noche, pero lo que no se ha comido no, por lo que la exigencia es mayor.

El ayuno, en tercer lugar, es recomendado en el mismo Evangelio (Mt 17,21) para librar una batalla que no se puede realizar con la sola oración. Jesús hablaba del ayuno en términos clásicos de no comer apenas, no tanto la reducción de malas intenciones y esfuerzos personales en las virtudes. A pesar de ello, no se trata de elegir, sino de sumar. Quien decida rezar y ayunar de malas intenciones, malas palabras, críticas, tristezas o enfados, si lo intenta realizar en ayunas, descubrirá un trabajo totalmente diferente. El ayuno descubre todas nuestras debilidades y las pone de manifiesto promoviendo la humildad y el autoconocimiento. El ayuno desvela nuestro yo más propio. Hay quienes se hacen más criticones, quienes se descubren más gruñones o quienes se sienten malhumorados o simplemente débiles. El ayuno así entendido, entonces, nos propone una purificación interior mucho más profunda y valiosa para nuestra santidad y para nuestra oración.

Cuarto. El ayuno a pan y agua lo pide la Virgen María en prácticamente todas las apariciones: desde las más conocidas y reconocidas por la Iglesia, como Fátima o la Salette, a las que están reconocidas por la Iglesia pero no son muy conocidas, como Akita (Japón) o El Cajas (Ecuador), hasta las que están actualmente en vigor como Medjugorje[2] y a la espera de un pronunciamiento oficial, pero que deja claro los frutos a quienes lo conocen de cerca. Ya en la Didaché[3] observamos que se mandaba a ayunar los miércoles y viernes, pero si la Santísima Virgen María insiste tanto en el rezo del rosario y la práctica del ayuno, debería bastarnos para iniciarnos, corriendo y con alegría, a asumirla durante todo el año y reservar la Cuaresma para llevar al máximo la oración y la perfección en las virtudes más puras.

El ayuno es la mejor forma para luchar contra las fuerzas del mal[4] porque nos devuelve la mirada a nuestra debilidad, nos recuerda lo frágiles que somos, aquilata nuestra capacidad de amar y hace que lo que salga sea más fuerte y más verdadero.

En AyunoXti somos más de 120 personas que ayunamos los miércoles por la Iglesia, el Papa y los sacerdotes, así como las intenciones de nuestra Madre del cielo. Pero además cada vez incluimos unas intenciones particulares que nos llegan. Nos piden que les apoyemos y recemos para la conversión de sus seres queridos, para su sanación, para la salvación de matrimonios y la salud de enfermos de cuerpo y mente, etc.

Esta Cuaresma proponemos doblar los esfuerzos y ayunar el doble. Quien ayune sólo una comida, que intente dos, quien un día que añada otro, quien ayuna dos que añada alguna renuncia. Es un tiempo importante para unirnos en oración y contricción y pedir por este mundo que cada vez se aleja dramáticamente más de Dios para lanzarse en las manos del orgullo, lo material, el libertinaje, los apetitos menos nobles o el poder y las guerras. Es necesaria una profunda renovación interior y una urgente reparación del Corazón de Jesús y ¿qué mejor tiempo para adentrarnos en una honda transformación interior que la Cuaresma?

Únete a nosotros y recuerda: Dios no elige a los capacitados, sino que capacita a los elegidos.

Que pasemos todos una feliz Cuaresma y podamos acercarnos más a Dios, a los demás y a nosotros mismos.

Paz y bien.

AyunoXti
FB:    @ayunoporti
Inst:  @ayunoxti

[2] “Pido a las personas, que oren conmigo estos días y que oren lo más posible. Que además ayunen de forma estricta los miércoles y los viernes; que recen cada día, cuanto menos el Rosario completo: los misterios gozosos, dolorosos y gloriosos” (Medjugorje, 14 de agosto de 1984).
[3] La Didaché es el documento más importante de la era post-apostólica y la más antigua fuente de legislación eclesiástica que poseemos. Es un compendio de preceptos de moral, de instrucciones sobre la organización de las comunidades y de ordenanzas relativas a las funciones litúrgicas que nos dan un precioso cuadro de la vida cristiana en el siglo II. Cfr. www.mercaba.org/TESORO/didaje.htm
[4] Cfr. S.S. San Juan Pablo II, Carta Encíclica Evangelium Vitae, n. 100.Tambien cfr. Mt 4, 1-11.

29 junio, 2016

Entrevista sobre AyunoXti de Infofamilialibre

Hemos descubierto una plataforma de un grupo de personas que desde la fe católica tratan de ayunar y rezar el rosario por quienes tengan necesidades y así se lo pidan. Hemos realizado una entrevista al iniciador de esta actividad para conocer un poco en qué consiste esta plataforma y os la dejamos a continuación.
¿Qué es Ayuno por ti (AyunoXti)?
AyunoXti es un grupo de personas, que no necesariamente se conocen entre sí, que se propone ayunar a pan y agua cada miércoles, así como rezar el rosario despacio y con devoción, por las intenciones que se recogen por medio de la página web www.ayunoporti.es o el correo ayunoporti@gmail.com
La idea es recibir peticiones especialmente difíciles y que necesitan de especial oración. A lo largo de todo el día de ayuno (los miércoles), los ayunadores, tratamos de tener presente la intención del día y realmente pedir a Dios, entre todos, que escuche nuestra súplica. A los que nos formulan sus peticiones les pedimos que también ellos recen y ayunen, pues la idea es que nosotros nos unimos a su intención. Es decir, la idea no es que nos encarguemos nosotros de la petición, sino de acompañar con fuerza a quienes tienen una intención importante y necesitan a una comunidad que les ayude en esa petición.
¿No hay ya plataformas que hacen esto?
Si, las hay. Hay otras ideas como May Feelings. Son comunidades y redes sociales dedicadas a compartir las intenciones y necesidades de muchos. Pero AyunoXti es diferente. Existe una implicación más concreta y personal, pero sobre todo más sacrificio por parte de quien recibe la petición. Cada miércoles se pide por una sola intención de forma muy intensa y a algunos les exige mucho esfuerzo. A los ayunadores se les explica la situación para que la hagan suya y la encomienden especialmente.
También hay muchas páginas webs que hablan del ayuno e incluso de maratones de ayunos de varios días, pero sorprende que ninguna sea católica y las que no son religiosas tienen relación con la dieta y la salud. AyunoXti está en profunda comunión con la Iglesia Católica y pretende mostrar que los católicos también pueden ayunar, aunque sí es cierto que somos bastante pocos y que los protestantes y los ortodoxos nos llevan cierta ventaja. Un católico, propiamente, debería ayunar dos veces al año, el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo y es un ayuno  poco exigente comparado con otras confesiones. Sólo permanece la abstinencia de los viernes y ésta es obligatoria (en el sentido de no sustituible por una oración o sacrificio) sólo en tiempo de Cuaresma. Desde siempre la Iglesia realizaba dos días a la semana de ayuno, pero esto se perdió y ahora incluso los musulmanes, con el Ramadán, nos superan en este tipo de práctica.
¿Por qué el ayuno?
Bueno, como dice nuestro Señor a sus discípulos (Mt 17,21), hay problemas que no se van sin ayuno y oración, es decir, no se resuelven simplemente pidiéndolo, sino con esfuerzo y fe. Hay que entender que Dios muchas veces no concede lo pedido en seguida, a pesar de ser bueno y correctamente propuesto, por varias razones. Desea que le demostremos lo mucho que lo deseamos, que confiamos en él por encima de todo y aún más que lo pidamos con corazón sincero y confiado. La espera acrecienta el deseo, purifica la intención y ensancha el agradecimiento cuando somos escuchados. 
En muchos momentos del Antiguo Testamento el ayuno y la oración han aplacado la ira de Dios y han conseguido su favor. En las primeras comunidades cristianas el ayuno era muy frecuente como agradecimiento, como preparación a grandes viajes o elecciones (cfr. Hch 13,3; 14,22; 27,21; 2Co 6,5) y los Padres de la Iglesia hablan mucho de la fuerza del ayuno, capaz de frenar el pecado. Es, además, una práctica recurrente y recomendada por los santos de todas las épocas. Escribe San Pedro Crisólogo: “El ayuno es el alma de la oración, y la misericordia es la vida del ayuno. Por tanto, quien ora, que ayune; quien ayuna, que se compadezca; que preste oídos a quien le suplica aquél que, al suplicar, desea que se le oiga, pues Dios presta oído a quien no cierra los suyos al que le suplica” (Sermo 43: PL 52, 320, 332). El ayuno tiene como último fin ayudarnos a cada uno de nosotros, como escribía S.S. San Juan Pablo II, a hacer don total de uno mismo a Dios (cfr. Enc. Veritatis Splendor, 21).
El ayuno es la vía más potente si es acompañada por la oración verdadera y una vida sacramental profunda, porque exige renunciar a algo muy cercano a nosotros, algo necesario, algo que duele y cuya necesidad se hace presente por sí misma en todo momento.
¿Y qué ayuno realizáis?
El ayuno que propone la Iglesia en la actualidad es una comida normal al día y las otras dos muy frugales, aunque se puede repartir esa comida en tantas veces como se estime oportuno a lo largo del día. No es un ayuno especialmente fuerte, y además “el agua no rompe el ayuno” . Nosotros proponemos el mismo ayuno que pide la Virgen de Medjugorje: a pan y agua. Es un ayuno que no deja pasar propiamente hambre, pero propone renunciar al gusto y a los caprichos y vicios como los sabores, el café, los caramelos, los postres, etc. Es decir, no se trata propiamente de pasar hambre y es especialmente indicado para quienes necesiten fuerzas.
Es importante beber mucha agua y tomar un pan rico en cereales y sal, pues de lo contrario es fácil que aparezcan mareos, debilidad, jaquecas, etc. síntomas que el demonio usa a menudo para que el ayunador desista en su tarea, pues sabe el bien enorme que supone y las gracias que arranca al Señor.
¿Qué se necesita para ayunar?
En principio sólo quererlo. Pero para eso es preciso tener una cierta sensibilidad primero al dolor del Corazón de Jesús y luego al sufrimiento de los hermanos, aunque tener un fuerte agradecimiento de todo el bien recibido o el buscar formas concretas y exigentes de demostrárselo es otra posibilidad. Puede que el ayuno no sea el único modo para demostrarle al Señor que le queremos, pero no se trata de encontrar un modo, sino todos los que podamos ya que el Señor, que lo da todo, también lo pide todo.
Pero si vamos a la parte más práctica de lo que se necesita para ayunar con nosotros, diría que es preciso querer hacerlo, discernirlo en la oración y consultarlo con un director espiritual que pueda guiarnos. Esto último lo aconsejamos especialmente.
¿Cómo funciona por dentro?
Muy sencillo: recibimos las peticiones y las ordenamos cronológicamente. Cada martes se manda la petición a todos los ayunadores para que el miércoles la tengan presente. Algunos hacen el ayuno todo el miércoles, otros lo que pueden, pero caminamos juntos. También se avisa a quien solicitó el ayuno para que pueda ayunar con nosotros y rezar el rosario. Somos un grupo anónimo de sacerdotes, consagradas, solteros y muchos matrimonios. Algunos no pueden realizar el ayuno el miércoles por cuestiones de trabajo, pero lo trasladan a otro día. Es un grupo muy creativo y con muchas ganas de ayudar. En general son personas con mucho interés en reparar las heridas del Corazón de Jesús y muy enamorados de la Virgen María. La fuerza viene de este amor. Si hay intenciones de un calado o urgencia especial, normalmente son adelantadas en el calendario. Es decir, no rechazamos, en principio, peticiones menores, pero si son sujetas a ser trasladadas. 
¿Qué es una petición menor?
Bueno, cada petición es muy importante para el que la tenga en el corazón y eso es incuestionable, sólo Dios lo sabe. Pero una petición para mejorar el trabajo, para que alguien apruebe un examen o su hijo se decida en una carrera universitaria, son muy distintas a una intervención cerebral de vida o muerte, una posesión diabólica, un deseo de superar una infidelidad matrimonial o la conversión de alguien que lo está intentando, pero no se decide. Es decir, se trata sobre todo de peticiones que exijan una intervención especial del cielo con una Gracia necesaria por parte de Dios.
¿Y cómo se puede colaborar con vosotros?
Pues es sencillo, solo hay que entrar en www.ayunoporti.es/contacto-y-calendario y rellenar el formulario. Nosotros pondremos a ese correo en una lista de distribución y ya está. Lo mismo para las peticiones. Lo único que para las peticiones pedimos que sean de una en una, bien formuladas y concretas. Todos son bienvenidos a este gesto de caridad fraterna y de comunión en la medida de las posibilidades de cada uno. Si uno sólo puede rezar por nosotros o difundir nuestra actividad para que otros puedan decidir sumarse  o apoyarse en nosotros, también es bienvenido y estaremos muy agradecidos.
Me gustaría terminar con nuestro lema principal para animar a muchos a probar las maravillas del ayuno y recordar que Dios no escoge a los capacitados, sino que capacita a los elegidos. Así que ¡ánimo, que Dios te puede estar llamando! Muchas gracias.